1- Teatro
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2- Juegos: Gran pasión
A)LUGARES DE CELEBRACIÓN:
a-Luchas de gladiadores
b-Venationes o luchas de fieras
El circo es la imagen del cielo... Las doce puertas de las cárceles representan los doce meses y las doce constelaciones que atraviesa el astro de los rayos de oro en su carrera. Los cuatro carros evocan las estaciones, y los cuatro colores de las factiones, los cuatro elementos; el auriga, como Febo, dirige cuatro caballos... Los dos extremos indican la salida y la puesta del Sol. entre ellos se extiende el Euripo, como la vasta extensión de los mares, y, en medio, dominándolo todo, el obelisco marca el centro. Son necesarias siete vueltas para terminar la carrera y recibir la palma, como es el número de círculos concéntricos que encierran el Cielo. La Biga está consagrada a la Luna, al Sol la Cuadriga, a Cástor y Pólux los caballos. Nuestros espectáculos están en armonía con las realidades divinas y su encanto poderoso se aumenta con el honor rendido a los dioses.
Antología Latina,I,197,De circensibus
Desde que no vendemos a nadie nuestros votos, hace mucho tiempo que (el pueblo romano) dejó sus preocupaciones políticas y a pesar de ser antes él quien distribuía los haces, los mandos militares, todo, hoy deja hacer y sólo desea ansiosamente dos cosas, pan y juegos circenses.
Juvenal, Sátiras,X,77,81
VENDEDORES AMBULANTES EN EL TEATRO
Observa cómo por toda la cávea sube una multitud tan numerosa como la que permanece sentada, de notable belleza y bien vestida. Unos sostienen cestos y servilletas blancas y exquisitos manjares, otros sirven abundante vino rancio.
Estacio,Silvas,1,6,27 ss
INAUGURACIÓN DEL ANFITEATRO FLAVIO
Marcial, que estaba en Roma cuando Tito inauguró el Anfiteatro Flavio, escribió un libro de poemas alusivos a los espectáculos que se ofrecieron en dicha inauguración. He aquí algunos fragmentos.
UN CONDENADO A MUERTE:
Como Prometeo encadenado en la roca de Escitia alimentó al buitre insaciable con sus entrañas exuberantes, así Lauréolo, colgado de una cruz verdadera, ofreció sus miembros desnudos a un oso de Calcedonia. Palpitaban sus miembros desgarrados, con la carne chorreante de sangre, y su cuerpo ya no tenía forma de cuerpo en ningún punto.
UN TIGRE CONTRA UN LEÓN:
Un tigre, gloria sin igual de las selvas de Hircania, acostumbrado a lamer la mano de su domador sin inspirarle miedo, despedazó salvajemente, con rabiosas dentelladas, a un león feroz. Hecho insólito, no conocido hasta entonces. A nada semejante se atrevió mientras vivía en las profundas selvas. Mayor fiereza tiene desde que vive entre nosotros.
UN TORO CONTRA UN ELEFANTE:
Un toro que poco antes, azuzado por el fuego, correteaba en la arena y había arrojado por los aires violentamente unos muñecos de trapo, cayó al fin bajo los embates de una trompa más poderosa, cuando creyó que podía con la misma facilidad lanzar al aire a un elefante.
COMBATES Y NAUMAQUIAS
Suetonio, narra en su "Vida de Julio César" los espectáculos que éste ofreció al pueblo.
Ofreció espectáculos de varias clases: un combate de gladiadores, representaciones teatrales en todos los distritos de la ciudad, con actuación de actores de todas las lenguas; además juegos circenses, atléticos y una naumaquia. En el combate de gladiadores, que tuvo lugar en el foro, lucharon hasta la última gota de sangre Furio Leptino, de estirpe pretoriana, y Q.Calpeno, senador en otro tiempo y abogado... Durante cinco días fueron ofrecidos combates con fieras salvajes en el circo y, finalmente, se libró una batalla entre dos formaciones, enfrentándose por ambas partes 500 soldados de a pie, veinte elefantes y 300 jinetes... Lucharon atletas durante tres días en un estadio provisional construido en un sector del campo de Marte... Para la batalla naval fue excavado un lago en la Codeta menor y en ella trabaron combate birremes, trirremes y cuadrirremes de la escuadra tiria y egipcia, con gran número de combatientes. Para presenciar estos espectáculos se congregó una multitud tan enorme de espectadores que muchos de ellos plantaron sus tiendas en las calles y plazoletas y en ellas acamparon y, debido a las aglomeraciones, perecieron muchas víctimas de magullamiento o asfixia, y entre estos, dos senadores.
Aventajó a todos sus predecesores en el número, variedad y magnificiencia de los espectáculos... Los ofreció a veces incluso en los barrios de la ciudad, sobre diversos escenarios y con actores de varios países. Presentó juegos de gladiadores no sólo en el foro y en el anfiteatro sino incluso en el circo y en los Cercados (Campo de Marte); a veces, no obstante, exhibía sólo combates con fieras salvajes... Exhibía en el circo a aurigas, corredores y matadores de fieras, a los que reclutaba a veces entre los jóvenes de la más alta nobleza... En los días que precedían a los espectáculos, si había traído a Roma algo insólito, acostumbraba mostrarlo al público fuera de programa en un lugar cualquiera, por ejemplo, un rinoceronte en los Cercados, un tigre sobre un escenario y una serpiente de 50 codos delante de la plaza donde se celebraban los Comicios... Hizo que el Senado promulgara un decreto por el que se disponía... que se reservasen las primeras filas de los asientos para los senadores... Separó a los soldados del pueblo. Asignó a los plebeyos que estaban casados asientos especiales y reservó a los muchachos que llevaban la toga pretexta un sector especialmente para ellos y contiguo a sus pedagogos; prohibió terminantemente que ninguna persona vestida de negro se sentase en el centro de la gradería. No permitió a las mujeres presenciar los combates de gladiadores a no ser desde las gradas más altas y solas, a pesar de que ya era costumbre habitual que pudieran presenciar estos combates confundidas con los hombres. Destinó a las Vestales un lugar aparte frente al tribunal del pretor.
Suetonio,Augusto,43
Ofreció muchos espectáculos y de muchas clases; juvenales, circenses, representaciones teatrales y un combate de gladiadores. En los juegos juvenales permitió que participasen en la representación incluso ex-cónsules y matronas de edad avanzada. En los circenses... organizó una carrera de cuadrigas de camellos. En los que dispuso para conmemorar la eternidad del Imperio, a los que quiso que se diera el nombre de Máximos... un caballero romano descendió montado en un elefante, a lo largo de una cuerda tensa... Fueron asimismo distribuidos todos los días al pueblo regalos de toda índole: aves, un millar de cada especie, provisiones en abundancia, bonos de trigo, vestidos, oro, plata, piedras preciosas, perlas, cuadros, esclavos, acémilas, así como fieras domesticadas e incluso, el último día, naves, bloques de casas y cortijos. Nerón contemplaba estos espectáculos desde lo alto del proscenio... Presentó como gladiadores incluso a 400 senadores y 600 caballeros romanos... Ofreció asimismo una naumaquia con monstruos marinos nadando en agua de mar... Actuó también con el rostro cubierto con una máscara en varias tragedias, para lo que hizo moldear máscaras de héroes y dioses, así como de heroínas y diosas, que reproducían sus propios rasgos y los de las mujeres que gozaban de su favor... No tardó en querer exhibirse como auriga y dejarse ver con frecuencia en público..
Cuando cantaba, no se permitía a nadie salir del teatro, ni siquiera por motivos de imperiosa necesidad; así es que se cuenta que algunas mujeres dieron a luz durante las representaciones y que muchos espectadores, aburridos de tanto oírle y aplaudirlo, al encontrarse con las puertas de los teatros cerradas, saltaron furtivamente desde lo alto del muro, o bien, haciéndose pasar por muertos, fueron sacados al exterior para enterrarlos.
Suetonio,Nerón,11-12,21-22-23
AMBIENTE Y EMOCIÓN EN UNA CARRERA DE CARROS
Con tanta embestida, en la carrera de carros, los caballos se precipitan desde las cocheras y vuelan por la pista...,así los aurigas, azuzando sus caballos, agitan las riendas sueltas e inclinan el cuerpo hacia delante con el látigo preparado en la mano. Entonces, con el estrépito de los aplausos y las voces de los que gritan animándolos todo resuena.
Virgilio,Eneida,5,144-149
PEDESTAL FUNERARIO DEDICADO A UN AURIGA
En este sepulcro descansan los huesos de un auriga rudo, pero diestro en sujetar las riendas con su mano... El hado cruel sintió envidia de mis años, hado al que no pude oponer mis manos. No me fue concedida la gloria de morir en el circo, ni que la piadosa multitud derramara lágrimas por mí. quemaron por dentro mis entrañas enfermedades ardientes que no pudieron vencer las manos de los médicos. Viajero, por favor, pon flores sobre mi tumba. Tal vez tú mismo me has aplaudido cuando estaba vivo.
Cil,2,4314