Empiezan las obras del Coliseo por iniciativa de Vespasiano, fundador de la dinastía Flavia.
Tito inugura el Coliseo con una naumaquia, combates de gladiadores y cacerías ingentes.
Las obras del Coliseo acaban en tiempos de Domiciano, quien añade un cuarto piso al edificio.
Un rayo causa un incendio que afecta de manera importante al edificio, restaurado en el 238.
El emperador Honorio prohíbe la celebración de juegos de gladiadores en Roma.
La estructura del edificio resulta dañada por dos terremotos acaecidos en los años 442 y 508.
En época del ostrogodo Teodorico tiene lugar el último espectáculo celebrado en el coliseo.