TEXTOS

 

ESCULTURA Y ARQUITECTURA

 

Ateniéndonos a la procedencia de estas columnas, se ha dado en denominar a estos tres órdenes: dórico, jónico y corintio.

           

Para realizar el templo dedicado a Apolo Panonio, de estilo dórico... Como desconocían las proporciones que debían dar a las columnas, buscaron el medio de hacerlas bastante fuertes para que pudiesen sostener el peso del edificio y que fuesen además gratas a la vista. Para lograr ambos fines, resolvieron tomar como medida la huella del pie de un hombre y la aplicaron en el sentido de la altura, y habiendo descubierto que el pie era la sexta parte del cuerpo, transfirieron esta relación a la columna... De esta suerte, la columna dórica, proporcionada al cuerpo varonil, comenzó a dar a los edificios solidez y belleza.

 

Orden jónico... Algún tiempo más tarde, deseando construir un templo en honor de Diana y buscando la manera de dar la proporción a sus columnas, siguieron los mismos principios anteriores... pero esta vez les dieron la delicadeza de un cuerpo de mujer... Tallaron luego las volutas a una y otra parte del capitel, queriendo imitar el cabello que cae en bucles a derecha y a izquierda... Además trazaron estrías a lo largo del fuste de la columna, a imitación de los pliegues de las túnicas de las matronas...

 

En cuanto al tercer género de columnas, llamado corintio, representa la delicadeza de una doncella, cuyo talle, por su edad, es más fino, y por lo tanto más susceptible de recibir adornos que puedan aumentar su belleza natural. La invención del capitel en este orden se cuenta que fue debido a estas circunstancias: una doncella de Corinto... enfermó y murió; su nodriza fue a poner sobre su tumba, en un canastillo, algunos de los objetos que a la muchacha más habían agradado en vida, y para que pudieran conservarse a la intemperie más tiempo sin estropearse, tapó la cesta con un ladrillo. Por una casualidad vino a quedar el canastillo sobre la raíz de una planta de acanto. Oprimida luego por el peso del canastillo, esta raíz de acanto que estaba en medio comenzó en la primavera a echar tallos y hojas, que fueron creciendo a los lados de la cesta, y tropezando con los cantos del ladrillo, por efecto de la presión, tuvieron que doblarse, produciendo los contornos de las volutas...

Vitrubio, Los diez libros de arquitectura