TEXTOS
RELIGIÓN GRIEGA.
Descripción de un
sacrificio
A continuación ofrecieron una
sagrada hecatombe al dios en torno del bien construido altar. Se lavaron las
manos y tomaron harina con sal... Hecha la plegaria y esparcida la harina con
la sal, alzaron las cabezas de las víctimas, las degollaron y las desollaron:
cortaron a trozos los muslos y, después de cubrirlos con una doble capa de
grasa, pusieron trozos de carne cruda encima. El anciano sacerdote los quemó y
los roció de negro vino. Cerca de él, unos muchachos tenían en sus manos
asadores de cinco puntas. Una vez quemados los muslos, probaron las entrañas,
descuartizaron el resto de la carne, la atravesaron con los pinchos, la asaron
con cuidado y la retiraron del fuego. Terminada la operación, hicieron un
banquete y nadie se quedó sin la ración correspondiente.
El oráculo de
Delfos
Nombraron profetisa para todos a
una mujer y a través de ella han tenido lugar las consultas desde entonces
hasta ahora. Le fabricaron un artilugio sobre el que pudiera entrar en trance y
emitir oráculos a quien lo solicitara. El artilugio tenía tres puntos de apoyo,
de ahí que se llame trípode. El aspecto del instrumento, en su conjunto, se
parece a los trípodes de bronce que todavía se fabrican ahora.
Una respuesta de
la Pitia a Creso
Creso, rey de
Lidia, no comprendió el verdadero sentido del oráculo para saber si era
prudente enfrentarse a la política expansionista de Ciro, rey de Persia. Como
no creía que un mulo llegara jamás a gobernar Persia decidió emprender la
guerra con resultados desastrosos. Cuando fue vencido, comprendió que Ciro era
de raza mixta, como los mulos, ya que era hijo de un persa y de una meda.
Cuando un mulo llegue a ser rey
de los medos, entonces, lidio de pies tiernos, emprende la huida hacia el
Hermos, no te quedes aquí ni te avergüences de ser cobarde.
Ideas religiosas
del orfismo
Algunos afirman que el cuerpo es
la tumba del alma, donde ahora está sepultada... Creo que son sobre todo los
seguidores de Orfeo quienes lo aseguran, como si el alma expiara las culpas de
las cuales ha de dar cuenta y tuviera el cuerpo como un impedimento, a imagen
de una prisión.
Estatuas dedicadas
a las divinidades
Más tarde, al erigir templos a
los dioses para que a partir de ese momento no estuvieran faltos de casa ni de
hogares, representan sus imágenes llamando para ello a Praxíteles, a Policleto
o a Fidias.
Quién entra en el
templo de Afrodita
Después está el templo de
Afrodita; en él entra sólo una mujer que guarda el templo, con la que no es
lícito que ningún hombre tenga relación, y una doncella que ejerce el
sacerdocio por un año, a la cual llaman portadora
del agua ritual. A los demás se les permite ver a loa diosa desde la
entrada y hacer las súplicas desde allí.
Vida de ultratumba
Creen que bajo tierra hay un
lugar profundo, grande, amplio, oscurísimo y sin sol. Es el Hades... En aquel
abismo enorme reina el hermano de Zeus, llamado Plutón... En primer lugar se
encuentra la Laguna Aquerusia. Nadie la puede cruzar ni vadear sin un barquero,
ya que su profundidad no permite pasarla a pie y su anchura es excesiva para
atravesarla a nado y, en fin, ni siquiera las aves muertas pueden alcanzar la
otra orilla volando.
Inmediatamente, junto a la
bajada y a la puerta, que es de acero, Eaco... se encarga de custodiar la
entrada sin pausa. A su lado, Cerbero, el perro de tres cabezas, bravísimo,
muestra su cara amical y pacífica a los que llegan, pero aterroriza a los que
intentan huir con sus ladridos incesantes y sus afilados colmillos.
Allí imperan Plutón y Perséfone
y tienen poder sobre todas las cosas...
Dos son los jueces que están
sentados como magistrados, gobernadores o jueces... Los humanos buenos, justos
y que llevaron una vida virtuosa, en cuanto se reúnen en grupos, los mandan a
los campos Elíseos para que lleven allí una vida felicísima. En cambio, cuando
llegan a sus manos los malvados, los envían... al lugar destinado a los impíos,
para que reciban el castigo que les corresponde por sus culpas e injusticias.
Los hombres de vida mediocre,
que son la mayoría, andan errantes por el prado, sin cuerpo, todos convertidos
en sombras que con el tacto se desvanecen como el humo. Se nutren de las
ofrendas y de las libaciones que les hacemos en sus sepulcros. De manera que si
alguno acá, en la tierra, no dejó ni parientes ni amigos, aun muerto, padece
hambre y vive entre los otros muertos atormentado por falta de alimento.
La defunción de un
familiar
Cuando muere un familiar, en
primer lugar le ponen un óbolo en la boca para que le sirva para pagar el paso
de la laguna... Después de lavar el cadáver, de ungirlo con bálsamo perfumado,
en el momento que empezaría a oler mal, y de coronarlo con flores de la
estación, lo exponen a la vista de todo el mundo, amortajado con los mejores
vestidos para que no tenga frío ni el can Cerbero le vea desnudo.
Y mientras van haciendo todo
esto, las mujeres prorrumpen en llantos y gemidos, todos lloran, se golpean los
pechos, se mesan los cabellos y se arañan las mejillas. A veces, incluso,
desgarran la ropa y se echan polvo en la cabeza, y los que aún viven están peor
que el difunto, porque a menudo se revuelcan por el suelo y se golpean la
cabeza contra el pavimento.
Luciano,Sobre el luto,11-12
Acciones y
facultades humanas divinizadas
Lucina, ala cual invocan las
parturientas...; el que ayuda a balbucear a los niños pequeños se llama dios Vaticano...;
la que protege las cunas se llama Cunina...; la diosa de los estímulos que
empujan a un hombre a una actividad excesiva se llama Estímula; Estrenia es la
diosa que le hace valeroso, y Numeria la que enseña a contar.
Veneración de un
manantial
(Oh, fuente de Bandusia!, más
transparente que el cristal, digna de un dulce vino y de guirnaldas de flores,
mañana te será ofrecido un cabritillo... A ti no consigue alcanzarte la
asfixiante época de la ardiente canícula; tú ofreces un amable frescor a los
bueyes cansados por la reja y al errabundo rebaño.
Plegaria a Marte
Padre Marte, te suplico y te
ruego que seas benevolente y propicio para mí, para mi casa y mi familia; con
esta intención he mandado que un suovetaurilia desfile en torno a mi campo, mi
tierra, mi heredad, para que tú apartes... las enfermedades visibles e
invisibles, la esterilidad y la destrucción, las calamidades y las inclemencias
del tiempo; que permitas que mis cosechas y mis trigos, mis viñas y mis
plantaciones florezcan y lleguen a la sazón; que guardes a mis pastores y
rebaños y que des salud y fortaleza a mí, mi casa y a mi familia; con esta
intención, para purificar y hacer un sacrificio expiatorio en favor de mi
heredad, mi tierra y mi campo, dígnate aceptar la inmolación de este
suovetaurilia de crías lechales.
Ideas de los
estoicos
Me he enterado con alegría... de
que vives como en familia con tus esclavos. Esto concuerda con tu prudencia y
con tu cultura: "Son esclavos", dice la gente. No, son hombres.
"Son esclavos", insisten. No, son amigos humildes. "Son
esclavos", de nuevo. No, son compañeros de fatigas, teniendo que la
fortuna tiene tanto poder sobre ellos como sobre nosotros.
Críticas a los
astrólogos
Los astrólogos son una clase de
personas que traicionan a los poderosos, engañan a los confiados, y que, aunque
en Roma siempre están proscritos, siempre permanecen en ella.
Preparativos para
santificar un lugar
La restauración del Capitolio
fue encargada a Lucio Vestino, que pertenecía al orden ecuestre... Los
adivinos, reunidos y consultados por Vestino, le recomiendan que se transporten
a las lagunas los escombros del antiguo santuario y se edifique el templo en el
mismo solar, teniendo presente que ellos no querían que se cambiase su forma
antigua. El día 21 de junio, con un tiempo claro y sereno, fue vallado con
cintas y coronas todo el terreno en que había de construirse el templo; hízose
penetrar en el recinto a los soldados cuyos nombres eran de buen augurio y que
llevaban ramas de árboles agradables a los dioses; después las vírgenes de
Vesta, acompañadas de jóvenes y doncellas cuyos padres y madres todavía vivían,
rociaron el suelo con agua tomada de arroyos, fuentes o ríos corrientes.
Entonces, el pretor Helvidio Prisco, luego que Plautino Eliano, pontífice, hubo
pronunciado la fórmula sacramental, ofrece, para purificar aquel lugar, el
sacrificio de un cerdo, una oveja y un toro, y puestas las entrañas de la
víctima sobre el césped, suplicando a Júpiter, Juno, Minerva y todos los dioses
tutelares del Imperio a fin de que prosperasen aquellos comienzos, y que con el
favor divino levantasen esta morada, que había tenido comienzo por la piedad de
los hombres, tocó las cintas con las que había atado la primera piedra y
entrelazado las cuerdas.
Los arúspices habían prohibido
profanar el edificio con piedras u oro destinados a otros usos. Se dio mayor
altura a la construcción; ésta era la única modificación que los preceptos
religiosos permitían. Además, se creía que faltaba elevación a la
magnificiencia del antiguo templo.
Prodigios
Aumentaban el temor los
portentos anunciados de muchos lugares a la vez: que en Sicilia a unos soldados
se les habían inflamado los dardos; en Cerdeña, igualmente, a un jinete, que
hacía la ronda de noche en la muralla; en el litoral, se había visto un
centelleo repetido; dos escudos habían sudado sangre, varios soldados habían
sido alcanzados por el rayo, y el disco del sol merecía encogerse, En Premeste
habían caído del cielo piedras incandescentes y habían aparecido unos escudos
en Arpes, y luchando el sol con las lunas, y en Capena habían salido dos lunas
y habían corrido las aguas de Ceres mezcladas con sangre y la fuente de
Hércules brotaba inficionada de manchas sangrientas.
Un augurio
Pero nada tanto como el incendio
del Capitolio les indujo a creer que se hallaba próximo el fin del Imperio.
Roma había sido tomada hacía tiempo por los galos; mas como la sede de Juno
había permanecido, con ella permaneció el Imperio; pero, al presente, este
incendio fatal era indicio de la cólera del cielo, presagiando que la soberanía
del mundo iba a pasar a las naciones transalpinas; éstas eran las profecías que
en su vana superstición esparcían los druidas.
Inutilidad de los
sacrificios
No hay ninguna religiosidad en
mostrarse a menudo con la cabeza cubierta, volverse hacia una piedra, acercarse
a todos los altares, inclinarse postrado en tierra, levantar las palmas de las
manos ante los santuarios de los dioses, salpicar sus altares con gran
profusión de sangre de cuadrúpedos y acumular ofrendas votivas unas sobre
otras, sino que la religiosidad consiste más bien en poder contemplar todas las
cosas con espíritu tranquilo.
)Profecía romana del nacimiento
de Jesús?
Ya una nueva generación
desciende de las alturas del cielo. Tú, casta Lucina, protege al niño que está
naciendo, gracias al cual primero desaparecerá la raza de hierro y después
surgirá la de oro en todo el mundo.
Nerón imputa a los
cristianos el incendio de Roma
Nerón, para apagar el rumor,
sustituyó a los culpables y aplicó refinadísimos tormentos a aquellos que, mal
vistos a causa de sus abominaciones, el vulgo llamaba cristianos. Cristo, de
quien el grupo tomó el nombre, bajo el imperio de Tiberio fue sometido a
suplicio por el procurador Poncio Pilatos; habiendo sido reprimida de momento
esta detestable superstición, se extendió, no solamente en Judea, lugar de
origen de este mal, sino también en Roma... Primero fueron hechos prisioneros
los que confesaban ser cristianos; después, por relación de éstos,, otra gran
cantidad de personas que fueron convictas no tanto del crimen del incendio como
de odio hacia todo el género humano. A su ejecución se le añadieron
diversiones, de manera que, cubiertos con pieles de fieras morían devorados por
perros, o bien, después de crucificarlos y prenderles fuego, cuando anochecía,
eran quemados para que sirvieran de teas nocturnas.
La Vestal Rea
Silvia es violada por Marte
La Vestal Silvia... se dirigía
una mañana en busca de agua para lavar los objetos sagrados. Había llegado a la
ribera cuya pendiente ofrecía un suave sendero. Depositas en tierra la vasija
de arcilla que llevaba sobre su cabeza cansada, se sienta en el suelo, se airea
descubriendo el pecho y pone en orden su despeinada cabellera. Mientras está
sentada, las sombras de los sauces, el canto de los pájaros y el suave murmullo
del agua la adormecieron. El dulce sueño se deslizó furtivamente bajo sus
ojillos vencidos y su mano lánguida cuelga después de retirarse del mentón que
estaba sosteniendo. Marte la ve , vista la desea; deseada, la posee, pero
gracias a sus recursos divinos pudo disimular su amoroso hurto. El sueño
desaparece. Ella, tendida en el suelo se siente pesada; es que en sus entrañas
estaba ya el fundador de la Urbe romana.
Únicas candidatas
a ser Vestales
No era lícito que fuera elegida
una joven menor de 6 años y mayor de 10, ni tampoco la que no tuviera ni padre
ni madre, ni la que fuera tartamuda o sorda o padeciera de cualquier otro
defecto corporal, tampoco aquélla cuyos padres, uno o ambos, estuvieron en la
esclavitud o tuvieran negocios viles...Tan pronto como es elegida es conducida
a la casa de Vesta y es entregada a los pontífices.
El fuego ha de
estar siempre encendido
Si el fuego faltase por alguna
casualidad, no debe encenderse de otro fuego sino hacerse fuego nuevo o
reciente encendiendo al sol una llama pura y no contaminada. Lo encienden
principalmente con unos vasos hechos con lados iguales y excavados, digámoslo
así, en forma de triángulo isósceles, viniendo de la circunferencia a unirse en
un centro. Cuando uno de estos vasos se pone vuelto al sol, de manera que los
rayos que se recogen por todas partes se reúnan y acumulen en el centro, divide
el aire enrareciéndolo y prontamente, por medio de la reflexión, enciende las
materias ligeras y secas que se le aplican.
El sacerdocio de
las Vestales
El término prefijado por el rey
a la continencia de estas sagradas Vestales es de 30 años, en la primera década
aprenden lo que tienen que hacer, en la segunda ejecutan lo que aprendieron, y
en la tercera enseñan ellas a otras. Después de pasado este tiempo, a la que
quiere se le permite casarse y abrazar otro género de vida retirándose del
sacerdocio.
El castigo supremo
de una Vestal
La que ha violado la virginidad
es enterrada viva junto a la puerta llamada Colina... construyendo allí una
casita subterránea muy reducida, con una bajada desde lo alto, se tiene
dispuesto en ella una cama con su ropa, una lámpara encendida y muy ligero
acopio de las cosas más necesarias para la vida como pan, agua leche en una
jarra, aceite, como si tuvieran abominable destruir por el hambre un cuerpo
consagrado a grandes misterios.
Ponen a la que va a ser
condenada en una litera, la aseguran y la comprimen con cordeles para que no se
la oiga y la llevan así a la plaza. Quedan todos pasmados y en silencio y la
acompañan sin proferir una palabra con indecible tristeza. De manera que no hay
espectáculo más terrible ni la ciudad tiene días más lamentables que aquél.
Cuando la litera ha llegado al
lugar, los ministros le desatan los cordeles y el Pontífice Máximo pronunciando
ciertas preces arcanas y tendiendo las manos a los dioses, la conduce cubierta
por aquel paso y la pone sobre la escalera que va hacia abajo a la casita; se
vuelve desde allí con los demás sacerdotes y después de que la infeliz ha
bajado se quita la escalera y se cubre la casita, echando encima mucha tierra
desde arriba, hasta que el sitio queda igual que todo el terreno y ésta es la
pena que se impone a las que abandonan la virginidad que habían consagrado.
Algunas
prerrogativas de las Vestales
Se les concede grandes
prerrogativas, entre ellas la de testar viviendo todavía el padre y hacer sus
negocios sin necesidad de tutores... llevan lictores cuando salen a la calle y,
si se encuentra con ellas alguien que es llevado al suplicio, no se le quita la
vida, pero es necesario que jure la virgen que el encuentro ha sido casual e
involuntario, no preparado; el que pasa por abajo de la litera cuando van en ella
paga con la vida.
Extracto del
edicto de Milán
Creemos que, entre otras cosas
incluso entre las primeras, debes ser dispuestas éstas..., que demos a los
cristianos y a todos la posibilidad de seguir la religión que cada uno quiera,
para que en el cielo cualquier divinidad pueda coexistir aplacada y propicia
con nosotros y con todos.
Ceremonia de un
entierro romano
Cuando se ha retirado el cadáver
de la casa, se le conduce hacia el foro con los restantes ornamentos, delante
de la tribuna... permaneciendo todos los asistentes alrededor; si el difunto
deja un hijo mayor de edad y se encuentra presente, éste, y si no, algún otro
pariente, sube a la tribuna y habla de las virtudes del fallecido y de las gestas
que llevó a cabo en vida... Después de este acto entierran el cadáver y, cuando
han cumplido los ritos habituales, colocan una estatua del difunto en un lugar
visible de la casa, en una hornacina de madera...
En las festividades públicas
exponen las imágenes cuidadosamente colocadas. Cuando muere algún otro familiar
ilustre, también las sacan en el entierro y las colocan encima del rostro de
personas que se les parezcan en estatura y en el físico... y son conducidos
sobre carros precedidos de los haces, las hachas y las demás insignias que les
solían acompañar en vida, de acuerdo con la categoría de cada uno y con su
actividad política.
Incineración e
inhumación
Me parece que el tipo de
sepulcros más antiguo es aquél... en que el cuerpo retorna a la tierra, y,
después de ser depositado ahí, es cubierto por ella como si fuera un manto
maternal... Sabemos que la estirpe de los Cornelios usó este tipo de sepultura
hasta hace poco. Sula, después de su victoria, mandó que fueran esparcidos los
restos mortales de Gayo Mario que estaba sepultado junto al río Anio... Y no sé
yo si porque temía que lo mismo le sucediera a su cuerpo, lo cierto es que fue
el primero de los patricios Cornelios en ser incinerado...
La Ley de las XII Tablas dice: Que no se entierre ni se incinere un hombre
muerto dentro de la ciudad. Creo que esto último es a causa del peligro de
incendio.
Respeto a los
muertos
Es un testimonio de respeto el
tratar de aplacar en sus sepulturas a las almas de los antepasados y llevarles
allí modestas ofrendas, pues los Manes exigen pequeñas cosas: coronas votivas,
unas semillas, unos pocos granos de sal, dones de Ceres empapados en vino y
algunas violetas.
Dios y el alma son
eternos
El hombre está en el alma...
Sabe, pues, que es Dios quien piensa, quien siente, quien recuerda, quien
provee, quien rige, modera y mueve el cuerpo, del que es dueño, como lo es
también del mundo; quien, como el eterno Dios soberano, mueve el universo,
mueve su cuerpo mortal con las energías de su espíritu.
Eterno es lo que siempre se
mueve; pero aquel ser que recibe el movimiento de otro y no hace sino
transmitirlo, es necesario que deje de vivir una vez que cesa el movimiento que
se le comunica. Sólo, pues, existe un ser que se mueve por sí mismo, que nunca
cesará en su movimiento porque nunca se cansa. Todas las demás cosas que se
mueven hallan en él el principio de su movimiento.
Una vez afirmada y demostrada la
eternidad del ser que se mueve por sí mismo, )quién puede negar que la
inmortalidad es atributo del alma humana?... Que si ella es la única que en
todo el universo puede moverse por sí sola, es seguro que no ha tenido
nacimiento y, por consiguiente, es eterna. Ejercítala, pues, en las mejores
cosas... Contemplando lo bueno y lo bello, rompe la cárcel material que le
aprisiona; que las almas de lo que, abandonados a los placeres voluptuosos y
corporales..., vagan errantes.
Esencia del alma
No sabemos cuál es del alma la
secreta esencia: si nace, o si al contrario se insinúa al nacer en el cuerpo, y
juntamente muere ella con nosotros; si del Orco corre vastas lagunas
tenebrosas, si por orden divina va pasando de cuerpo en cuerpo en los otros
brutos.
Lucrecio,Sobre la naturaleza de
las cosas,1,112 y ss.
)Dónde está Dios?
Tu conducta es loable y
saludable si, como dices, continúas avanzando hacia la perfección. Es insensato
pedirla ni esperarla de los dioses cuando podemos alcanzarla por nosotros
mismos. )De qué sirve levantar las manos al cielo? )Para qué suplicarle al guardián
del templo que nos deje acercar a la estatua, a fin de que seamos mejor oídos?
De todas maneras estamos cerca de Dios, porque Dios está en nosotros. Sí,
Lucilio, en nosotros mismos reside el espíritu de la divinidad... No hay hombre
justo en quien no resida Dios... En el corazón de todo hombre de bien habita un Dios, aunque se ignore cuál es.
Utilidad de los
dioses
Es útil la existencia de los
dioses y, como es útil, hemos de creer que existen. Reciban incienso y buen
vino sobre sus antiguos hogares. Y no es que los tenga paralizados un reposo
intocable y semejante al sueño; vivid sin causar daño, que la divinidad está
presente. Devolved aquello que se os ha confiado; que la piedad observe sus
ritos; desaparezca el fraude; conservad las manos libres de muerte...
Ovidio,Arte de amar,I,630 y ss.
Los dioses no han
creado el mundo
Decir, a la verdad, que en
nuestro favor han querido los dioses disponernos el orden bello de naturaleza;
que debemos loar por esto mismo esta obra admirable de los dioses; por inmortal
y eterna reputarla; que es un crimen minar con lengua osada de este edificio
eterno los cimientos, que levantó para la especie humana el saber de los dioses
inmortales: estas fábulas y otras semejantes indicio... son de gran locura.
Lucrecio,Sobre la naturaleza de
las cosas,V,155 y ss.
Me parece que Homero y Hesíodo
han vivido 400 años antes que yo, y no más. Ellos son los que crearon una
teogonía para los griegos, dieron los sobrenombres a los dioses, distribuyeron
entre ellos honores y atribuciones y dibujaron sus figuras.
En un principio existió el Caos,
después Gea, de ancho pecho, morada segura de todos los inmortales que habitan
las cumbres del nevado Olimpo... De Gea nació Urano estrellado... Mas tarde dio
a luz a Océano, fruto de su unión con Urano... Después nació Crono...
Rea, sometida a Crono, tuvo
hijos gloriosos: Hestia; Deméter; Hera, la de áureas sandalias; el poderoso
Hades, que mora en las mansiones subterráneas con un corazón implacable; el
estruendoso Posidón, y el próvido Zeus, padre de los dioses y de los hombres,
que con su trueno estremece la anchurosa Tierra.
Zeus subió al lecho de Deméter,
nutricia de muchos, la cual parió a Perséfone de blancos brazos.
Leto, después de su unión con
Zeus, tuvo a Apolo y a Artemis, los descendientes más deseables del linaje de
Urano.
Por último, Zeus tomó por esposa
a la engreída Hera. Ella dio a luz... a Ares..., fruto de su unión con el rey
de los dioses y de los hombres.
Zeus, de su cabeza, hizo salir a
Atenea, la de ojos de lechuza, terrible, belicosa, conductora de ejércitos,
invencible, venerable, a quien agradan los tumultos, las guerras y las
batallas.
Hera dio a luz al ínclito
Hefesto, sin contacto carnal, porque estaba irritada y enfadada contra su
esposo...
La atlántida Maya, después de
compartir con Zeus su sagrado lecho, diole un hijo glorioso, Hermes, el heraldo
de los inmortales.
Sémele, hija de Cadmo, después
de unirse a Zeus por amor, dio a luz al ilustre Dioniso, el regocijador dios
inmortal, hijo de una mortal.
La castración de
Urano.
Gea se alegró mucho en su
corazón. Colocó a su hijo en oculta emboscada. Puso en sus manos una hoz de
afilados dientes y le instruyó en todo el engaño. Llegó el poderoso Urano,
trayendo con él la noche, se extendió en torno a la tierra, deseoso de amor, y
la cubrió por completo. El hijo, desde el escondite, le alcanzó con la mano
izquierda, con la mano derecha cogió la enorme hoz, larga de afilados dientes,
y en un instante cortó los genitales de su padre, luego los arrojó tras de sí
para que se dispersaran.
Nacimiento de
Afrodita.
El mar los transportó durante
mucho tiempo. En torno, una blanca espuma salía de la piel inmortal. En medio
de ella se formó una doncella. Primero se acercó a la divina Citera y desde
allí se dirigió a Chipre rodeada de olas. De allí salió a tierra la veneranda y
bella diosa, y al paso de sus pies delicados iba creciendo la hierba. A ella
los dioses y los hombres la llaman Afrodita (diosa nacida de la espuma y
también Citerea de hermosa corona) porque brotó de la espuma, y Citerea porque
se dirigió a Citera y Ciprogénea porque nació en Chipre... La acompaño Eros y
el bello Hímero desde que nació.
Cronos y Rea.
A estos se los tragaba el
poderoso Cronos tan pronto como desde el sagrado vientre de su madre llegaban a
sus rodillas, meditando para que ningún otro de los ilustres descendientes de
Urano tuviera honor real entre los inmortales. Pues sabía por Gea y el
estrellado Urano que, por fuerte que fuera, le estaba destinado sucumbir a
manos de su propio hijo.
Nacimiento de
Zeus.
Se lo entregó a los Curetes y a
las ninfas Adrastea e Ida para que lo criasen. Por tanto, ellas alimentaban al
niño con la leche de la cabra Amaltea, mientras los Curetes armados custodiaban
a la criatura en la cueva y entrechocaban los escudos con las lanzas para que
Cronos no oyera la voz del niño. Y Rea, envuelta una piedra en pañales, se la
daba a Cronos para que se la tragara como si fuera el niño recién nacido.
Ésta le dio a Cronos un bebedizo
que le obliga a vomitar primero la piedra y después los hijos que había
devorado.
La titanomaquia.
Zeus, dando muerte a Campe que
los vigilaba, desató sus ligaduras. Entonces los Cíclopes dieron a Zeus el
trueno, el relámpago y el rayo; a Plutón el yelmo (invisible) y a Posidón el
tridente. Armados así vencen a los Titanes y encerrándolos en el Tártaro
pusieron como guardias a los Hecatónquiros.
Atlas, por las regiones
occidentales, permanece en pie sosteniendo sobre sus hombros la columna
existente entre el cielo y la tierra, trabajo no fácil de soportar.
El reparto del
poder.
Posidón.-
Tres somos los hermanos nacidos de Crono, a los que Rea parió; Zeus, yo y Hades
el tercero, que reina sobre los muertos. En tres lotes fue dividido todo, y a
cada uno le tocó su parte de honor. Yo obtuve, tras el sorteo, el habitar para
siempre el canoso mar; Hades obtuvo la oscura región de las brumas y a Zeus le
tocó el ancho cielo, en el éter y las nubes. Mas la tierra y el Olimpo es justamente
bien común de todos los tres.
La gigantomaquia.
La Tierra produjo unos partos
feroces, unos monstruos colosales, los Gigantes, que habían de atreverse a
marchar contra la mansión de Júpiter. Les había dado mil manos y serpientes por
piernas, diciéndoles: "Levantad las armas contra los grandes dioses".
Los Gigantes se disponían a amontonar montañas hasta las altas estrellas y
provocar al gran Júpiter con la guerra.
La tifonomaquia.
Tenía unos muslos enormes y
forma humana, tales que sobrepasaba todas las montañas y la cabeza muchas veces
topaba con las estrellas; tenía unas manos que extendidas una alcanzaba el
occidente y otra el oriente... Tal y tan enorme era Tifón que arrojando rocas
ardientes se dirigía contra el mismo cielo con gritos y resoplidos y arrojaba
además un fuerte huracán de fuego por la boca.
Al escaparse a través del mar
siciliano, Zeus le echó encima el monte Etna en Sicilia, que es enorme y desde
entonces acá dicen que brotan bocanadas de fuego por los rayos arrojados.
Era un tiempo en el que existían los dioses,
pero no las especies mortales. Cuando a éstas les llegó marcado por el destino
el tiempo de la génesis, los dioses las modelaron en las entrañas de la Tierra,
mezclando tierra, fuego y cuantos materias se combinan con fuego y tierra.
Cuando se disponían a sacarlas a la luz, mandaron a Prometeo y a Epimeteo que
las revistiesen de las facultades distribuyéndolas convenientemente entre
ellas. Epimeteo pidió a Prometeo que le permitiese a él hacer la
distribución... Con este permiso empieza a distribuir. Al distribuir, a unos
les proporcionaba fuerza, pero no rapidez, en tanto que revestía de rapidez a
otras más débiles. Dotaba de armas a unas, en tanto que parar aquellas a las
que daba una naturaleza inerme, ideaba otra facultad para su salvación. A las
que daba un cuerpo pequeño, les dotaba de alas para huir o de escondrijos para guarecerse, en tanto que a las que daba un
cuerpo grande, precisamente, mediante él, las salvaba.
Ve a Narciso cuando empujaba hacia sus redes
a los tímidos ciervos la ninfa de voz sonora que no sabe callar cuando alguno
habla, ni aprendió a hablar la primera, Eco, que repite los sonidos. En aquel
entonces Eco tenía cuerpo, todavía no era sólo una voz; y, aunque parlanchina,
no tenía otro uso de su boca distinto del que tiene ahora, para poder volver a
decir las últimas palabras de todo lo que se le decía. Esto lo había hecho
Juno, porque, cuando había podido sorprender a las ninfas que, a menudo, en los
montes, se abandonaban a las caricias de su esposo Júpiter, ella con astucia
retenía a la diosa con su larga conversación mientras huían las ninfas. Cuando
la hija de Saturno se dio cuenta de ello, dijo: "Se te concederá un uso
muy limitado de esta lengua por la que he sido burlada: un brevísimo uso de la
palabra". Confirma esta amenaza con la realidad; sin embargo, ella dobla
las voces emitidas al final y repite las palabras oídas.
Los amores de
Zeus.
Júpiter, en figura de toro,
ofreció su lomo a la muchacha tiria y llevó falsos cuernos en la frente. Ella
sujetaba con la derecha la crin del toro y con la izquierda su capa, y el
propio miedo le prestaba un extraño atractivo. El viento le abombaba el regazo,
el viento agitaba su cabellera rubia(... Muchas veces encogió sobre el agua sus
pies de niña y temió el contacto del agua que salpicaba; muchas veces el dios
prudente agachó hasta el agua su lomo para que ella pudiese agarrarse más
fuertemente a su cuello. Al arribar a la playa se puso de pie Júpiter sin
ninguna clase de cuernos, transformándose de toro en dios. El toro pasó al
cielo; a ti, muchacha sidonia, te dejó embarazada Júpiter y la tercera parte de
la tierra lleva tu nombre.
A Acrisio, que había consultado
un oráculo sobre el nacimiento de hijos varones, le respondió el dios que de su
hija nacería un niño que le daría muerte a él. Temiendo esto Acrisio preparó
bajo tierra una habitación blindada y puso vigilancia a Dánae... Zeus
transformándose en lluvia de oro, se derramó a través del techo llegando hasta
el seno de Dánae. Cuando más tarde Acrisio se enteró de que ella había dado a
luz a Perseo, no creyó que hubiese sido seducida por Zeus y metiendo a su hija
junto con el niño en una cesta los arrojó al mar.
Apolodoro,Biblioteca Mitológica, II,
IV, 1
Cuando se presentó Anfitrión y
vio que su mujer no se mostraba atenta con él, le preguntó el motivo; dijo
entonces ella que ya había venido la noche anterior y se había acostado con
ella y comprendió él por Tiresias que Zeus se había unido con ella. Alcmena dio
a luz a dos niños, uno para Zeus, Heracles,... y otro para Anfitrión, Ificles.
A Ganímedes lo raptó Zeus a
causa de su belleza mediante un águila y lo situó en el cielo como copero de
los dioses.
Apolodoro,Biblioteca
Mitológica, III, XII, 2
Los celos de Hera.
ZEUS.- ¿Conoces a la hermosa
hija de Ínaco, Hermes?
HERMES.- Sí, te refieres a Io.
ZEUS.- Pues ya no es una
muchacha sino una ternera.
HERMES.- Eso es extraordinario.
¿De qué manera se produjo el cambio?
ZEUS.- Hera la ha metamorfoseado
en un ataque de celos; pero además ha tramado una terrible novedad; ha puesto
junto a ella un pastor que se llama Argos, que tiene cien ojos y la vigila y
nunca duerme.
HERMES.- Está bien, ¿qué tenemos
que hacer nosotros?
ZEUS.- Vete volando a Nemea,
pues allí es donde Argos pastorea, y mátalo.
Las disputas de
Zeus y Hera.
ZEUS.- ¿Es que no te acuerdas de
cuando fuiste colgada de lo alto y puse a tus pies sendos yunques y eché
alrededor de tus manos una cadena de oro irrompible? Y tú permanecías colgada
en el éter y en las nubes, y los demás dioses andaban indignados por el Olimpo;
mas no podían acudir a tu lado y soltarte.
Los amores de
Posidón.
Cuando Posidón quiso tomar a
Anfítrite por esposa, ella procurando con celo guardar su virginidad, lo evitó
huyendo hacia Atlas. De suerte que también la mayoría de las nereidas mientras
ella estuvo oculta se escondían. Posidón mandó a muchos buscadores, entre
ellos, también, al delfín; errante a lo largo de las islas de Atlas, tras
toparse con ella la denunció y la condujo ante Posidón, quién se casó con ella
y estableció muchos honores en el mar para el delfín: designó que fuera sagrado
y colocó en el cielo el conjunto de su figura.
Posidón vencido.
Posidón.- Ni siquiera te
acuerdas de aquellas calamidades que pasamos, solos los dos entre los dioses,
alrededor de Ilión, cuando fuimos, por orden de Zeus, a servir a sueldo durante
un año a Laomedonte. Él tenía el mando y nos daba órdenes. Por cierto, yo
construí para los troyanos una muralla alrededor de su ciudad, una muralla
ancha y muy hermosa, a fin de que la ciudad fuera impenetrable; y tú, Febo,
apacentabas los negros bueyes de paso rodante en los valles del boscoso Ida, el
de numerosos pliegues. Más cuando las gozosas estaciones trajeron ya el plazo
del pago entonces el terrible Laomedonte nos arrebató violentamente la soldada
y nos despidió con amenazas... Partimos los dos de vuelta con el corazón
afligido, indignados por la soldada que nos prometió y no pagó.
El rapto de
Prosérpina.
Perséfone, la de hermosos
tobillos, jugaba con sus amigas de florido seno, las hijas de Océano, cogiendo
en el tierno prado azafrán, hermosas violetas, linos, jacintos, rosas y
narcisos, que la tierra había engendrado por voluntad de Zeus para cautivar a
las niñas de sonrosado rostro. De pronto mientras estaba arrancando un narciso,
bajo sus manos se abrió la tierra y de ella brotó el dios que a muchos humanos
acoge, el hijo de Cronos, el cual la sujetó por la cintura y la izó sobre su
carro de oro tirado por yeguas inmortales, en tanto que ella, recalcitrante,
lanzaba fuertes gritos e invocaba al gran padre Zeus, poderoso y excelso. Pero
nadie entre los dioses y entre los hombres mortales oyó sus voces. Tan sólo
Hécate de luminosa diadema, la hija de Perses que cándida tiene la mente y el
divino Helios, hijo de Hiperión, oyeron los alaridos.
Metanira, la mujer de Celeo,
tenía un hijo al que criaba Démeter que lo había adoptado. Y queriendo hacerlo
inmortal, por las noches ponía la criatura al fuego y lo despojaba así de su
carne mortal. Por crecer de día de modo admirable Demofonte (pues tal era el
nombre del niño) Praxítea empezó a acecharla y cuando averiguó que lo bañaba en
el fuego, empezó a gritar. Por ello la criatura se consumió en el fuego y la
diosa se reveló ella misma.
Júpiter, para acomodar la
diferencia que había entre Plutón y Ceres, ordenó que Prosérpina viviera seis
meses del año con su marido y los otros seis con su madre.
El reino de Hades:
el mundo de ultratumba.
Una profunda caverna de vasta
abertura, protegida por un lago negro y las tinieblas de los bosques.
Guarda aquellas aguas y aquellos
ríos el horrible barquero Caronte, cuya suciedad espanta; sobre el pecho le cae
desaliñada barba blanca, de sus ojos brotan llamas; una sórdida capa cuelga de
sus hombros, prendida con un nudo; él mismo maneja su negra barca con un
garfio, dispone las velas y transporta en ella los muertos.
El Tártaro y los
Campos Elíseos.
Eneas ve al pie de una roca que
se extiende a la izquierda una gran fortaleza, rodeada de triple muralla, que
el rápido Flegetón, río del Tártaro, circunda de ardientes llamas, arrastrando
en su corriente resonantes peñas; enfrente se ve una puerta enorme y con jambas
de un acero tan duro que ninguna fuerza humana, ni aún la espada de los mismos
dioses, podrían derribarlas... Se oyen allí de continuo gemidos y crueles
azotes y el rechinar del hierro y ruido de cadenas arrastradas... Al punto de
pronunciada la sentencia, la vengadora Tisífone, armada de un látigo, azota e
insulta a los culpados y presentándoles con la mano izquierda sus fieras
serpientes, llama a la turba cruel de sus hermanas.
Y a mí por ser obediente siempre
al dulce Amor, la propia Venus me llevará a los Campos Elíseos. Aquí las danzas
y los cantos prosperan y, revoloteando sin cesar, trinan dulce melodía con su
clara garganta las aves; produce canela la campiña sin necesidad de cultivo, y
por doquier florece la tierra generosa con rosas perfumadas, y grupos de
jóvenes, confundidos con muchachas delicadas, juegan y con frecuencia mezcla
combates el amor.
Tibulo, Elegías, I, 3.
Atenea.
Palas Atenea, protectora de
ciudadelas a la que con Ares, importan las bélicas acciones, las ciudades
saqueadas, el griterío y las batallas.
Fue la primera que enseñó a los
artesanos que pueblan la tierra a hacer carrozas y carros variadamente
adornados de bronce. Fue ella la que les enseñó a las doncellas de piel
delicada, en sus aposentos, espléndidas labores, inspirándoselas en el ánimo a cada
una.
Zeus se unió a Metis, que se
cambiaba en muchas formas para evitar la unión y estando ya encinta se la
tragó, puesto que se decía que ella daría a luz a un niño, después de la muchacha que estaba a punto de nacer,
el cual sería soberano del cielo. Y temeroso de esto se la tragó. Cuando llegó
el momento del nacimiento, Prometeo, o según dicen otros, Hefesto golpeó su
cabeza con un hacha y salió Atenea, armada, desde el extremo de la cabeza hacia
el río Tritón.
Apolodoro,Biblioteca Mitológica, I,
111, 6
La fábula de
Aracne.
Ni Palas ni la Envidia podían
reprochar aquella obra; la rubia y varonil doncella se dolió del éxito y rasgó
la bordada tela. Y como aún tenía en sus manos la lanzadera, golpeó la frente
de Aracne. La infeliz no soportó aquello y con decisión se ahorcó. Compadecida
Palas, suavizó el cruel destino de la que estaba colgada y le dijo: "Vive,
miserable, pero siempre suspendida y que ese mismo castigo alcance a toda tu
raza, hasta tus últimos nietos". Después al marcharse, la rocía con los
jugos de una hierba de Hécate y los cabellos al contacto de la fatal ponzoña,
cayeron en seguida y con ellos la nariz y las orejas, su cabeza se hace
pequeñísima, así como también todo su cuerpo; a sus costados se le adhieren como
unos endebles dedos en lugar de piernas y todo el resto es un vientre; y de él
saca, sin embargo, un hilo y convertida en araña, se dedica, como antes, a
tejer sus telas.
Los amores de Afrodita.
Cuando le vio Venus, quedó
enamorada para siempre.... El flechazo disparado por su propio hijo ha sido
profundo. Sin pensar ni sentir sino para Adonis, desertó la diosa del Olimpo...
Seguía a Adonis por cumbres, valles, bosques y laberintos, en cacerías de
animales fieros que le asustaban más que por ella por el daño que podrían
causar a su amado. "No ataques jamás -le aconsejó- a los animales a quienes la naturaleza dio armas
para defenderse"... Apenas terminó de hablar, Venus, marchó a su carroza de viento tirada por cisnes. Adonis
no atendió los consejos de su amante, y
como sus perros hubieran sacado del bosque un jabalí feroz, le disparó un
flechazo. Enfurecida la bestia, persiguió a Adonis. Gritó, se descompuso el audaz... Al fin fue alcanzado y privado
de la vida.
Así que Zeus le infundió en el
ánimo el dulce deseo de Anquises, que por entonces en los elevados montes del
Ida apacentaba sus vacas, semejante en su porte a los inmortales. Nada más
verlo, la risueña Afrodita se enamoró de él y desaforadamente se apoderó de su
ánimo el deseo.
Anquises, el más glorioso de los
hombres mortales... Tendrás un hijo que reinará entre los troyanos y les
nacerán hijos a sus hijos, sin cesar. Su nombre será Eneas... A él, tan pronto
como vea la luz del sol, lo criarán las Ninfas montaraces, que habitan este
monte elevado y sacratísimo... Y yo el quinto año vendré trayendo a tu hijo.
Así el hijo del valeroso
Anquises, tras dejar a los enemigos la ciudad incendiada por inmenso fuego,
cogió a su hijo y a su padre y se los llevó, a uno colocándoselo, con ayuda de
las manos, sobre sus anchos hombros por causa de la infortunada vejez que
padecía; al otro cogido de su tierna mano, que apenas tocaba el suelo con los
pies, lo llevaba fuera de la horrísona batalla.
El juicio de
Paris.
En la boda de Peleo Júpiter
convocó a todos los dioses excepto a Eris, esto es, la Discordia, quien al
presentarse más tarde inesperadamente y no ser admitida al banquete, lanzó
desde la puerta a los asistentes una manzana y dijo que se la llevara la ×más
hermosa.
Ellas prometieron a Alejandro
darle regalos; así Hera le prometió que si era ella la elegida, le concedería
el reino sobre todos los hombres; Atenea le prometió la victoria en la guerra y
Afrodita el matrimonio con Helena.
Apolodoro,Biblioteca Mitológica, epítome, III, 2
Vulcano.
El que, con Atenea la de ojos de
lechuza, enseñó espléndidos oficios a los hombres sobre la tierra, hombres que
antes habitaban en grutas en los montes como fieras, ahora, instruidos en los
oficios por Hefesto, pasan cómodamente la vida en sus propias moradas.
El adulterio de
Afrodita.
El Sol, que todo lo ve, había
descubierto los amores adulterinos de Venus, mujer de Vulcano y el apuesto
Marte. Sin aguardar mucho tiempo Febo puso en antecedentes de la deshonra al
desgraciado marido. Este que estaba en la fragua, se puso inmediatamente a
forjar una red sutilísima de hierro. Cuando estuvo acabada, la tendió alrededor
del lecho de su mujer de manera tan sutil como los cazadores hacen con las
suyas. Con la noche llegaron los amantes, se acostaron y ... la red se cerro en
torno a ellos. Vulcano llama a todos los dioses para que contemplen a los
adúlteros, y los dioses pasan unos momentos de regocijo con la facha innoble
que en el lecho tienen los amantes.
Ares no siempre
vencía en la batalla.
Atenea retrocedió y cogió con su
robusta mano una piedra negra, rugosa y grande... Y con ella dio al impetuoso
Ares en el cuello y le soltó los miembros. Cayó él, sus cabellos se cubrieron
de polvo y sus armas resonaron en torno. Rompió a reír Palas Atenea.
Apolo.
Apolo es todo él oro y riqueza.
Siempre es hermoso, siempre es joven. Ni el más mínimo bozo cubrió jamás las
tiernas mejillas de Febo. Sus cabellos derraman por tierra esencias perfumadas.
Artemis.
Tampoco a la estrepitosa
Artemis, la de las áureas saetas, la somete jamás al yugo del amor la risueña
Afrodita. Pues le agrada el arco, abatir fieras en los montes, las formingues,
los coros y los penetrantes griteríos de invocación, así como las arboledas
umbrías.
La venganza de
Artemis.
Duro gesto el de Diana entonces.
No teniendo a mano las flechas, se contentó con arrojar agua al rostro de
Acteón, mientras le decía el presagio de su desgracia: "Intenta, a ver si
puedes, ir diciendo que has visto a Diana desnuda". Instantáneamente, en
la frente de Acteón empezaron a brotar cuernos de ciervo; se alargaron su cuello
y su cabeza; sus manos se transformaron en patas. Una extraña timidez, que le
aconsejaba huir, le invadió. Se miró en las aguas y se quedó aterrado.
Hermes.
Así que la Ninfa parió un niño
versátil, de sutil ingenio, saqueador, ladrón de vacas, caudillo de sueños,
espía de la noche, vigilante de las puertas que rápidamente iba a realizar
gloriosas gestas ante los ojos de los dioses inmortales.
Hazañas de Hermes.
Estando éste envuelto en pañales
en su cuna, se escapó y se fue hacia Pieria y robó las vacas que apacentaba
Apolo. Para no ser descubierto por las huellas, ciñó calzado a las patas de las
vacas y las llevó a Pilos y el resto las ocultó en una cueva, sacrificó dos y
clavó sus pieles en las rocas; de la carne se comió una parte y otra parte la
quemó...
Y se fue rápidamente a Cilene,
donde encontró una tortuga que estaba comiendo ante la cueva; la limpió, tensó
las cuerdas de las vacas sacrificadas en la concha y operando así inventó la
lira y el plectro...
Hermes guió a Apolo a Pilos y le
restituyó las vacas. Pero cuando Apolo oyó la lira, se la cambió por las vacas.
Mientras Hermes las apacentaba, fabricó también una flauta pastoril y tocó;
entonces Apolo quiso tenerla y le dio a cambio una vara de oro que poseía de
cuando él apacentó bueyes; pero Hermes a cambio de la flauta quiso alcanzar el
arte adivinatoria; Apolo se la concedió y fue instruido en la adivinación
mediante piedrecillas. Además Zeus lo nombró mensajero suyo y de los dioses
subterráneos.
Apolodoro,Biblioteca Mitológica, III, X, 2
Dionisos.
El que vino después, el hijo de
Sémele, inventó la húmeda bebida del racimo y la trajo a los hombres; el que
libra a los míseros mortales de pena cuando se hartan de jugo de la viña, y el
sueño y el olvido de las penas cotidianas da, que no hay otro remedio de los
males.
Nacimiento de
Baco.
HERMES.- Hera -que ya sabes lo
celosa que es- se fue de tapadillo a casa de Sémele, y la convenció de que le
pidiera a Zeus que fuese a verla con sus relámpagos y sus truenos. Cuando Zeus
se dejó convencer y se presentó además con el rayo, ardió el techo y Sémele
murió a causa del fuego. Entonces me ordenó que abriera el vientre de la mujer
y le sacara el feto, todavía sin formar, pues estaba de siete mese. Cuando hice
lo que me mandaba, se abrió el muslo y colocó allí el feto, para que terminara
allí su desarrollo; ahora al cabo de dos meses, lo ha dado a luz y está
delicado a causa de los dolores del parto.
Luciano, Diálogo de los dioses, IX
Dionisos y
Ariadna.
Mientras Ariadna se entregaba a
la más profunda desesperación, Baco para consolarla de la infidelidad de su
amante, le ofreció su corazón y su mano. En el deseo de hacer inmortal el
recuerdo de una princesa tan virtuosa, este dios colocó en el cielo la corona
que le había dado. De pronto se la vio elevarse, y las perlas de que se hallaba
compuesta se cambiaron en astros y formaron esa corona celeste que se ve entre
la constelación del Dragón y la de la Serpiente.
Vesta.
Pronunció un solemne
juramento... que sería virgen el resto de sus días, divina entre las diosas. El
padre Zeus le concedió un hermoso privilegio en vez de bodas, así que ella se
asentó en el centro del hogar recibiendo así la grasa de las ofrendas. En todos
los templos de los dioses es objeto de honor y entre todos los mortales se la
tiene por la más venerada de las diosas.
PERVIVENCIA DE LA MITOLOGÍA
.
Fábula de Dafne y Apolo (fragmento)
Otro cuento excelente, no tan
nuevo
de aquel lúcido Febo contaría,
que por Dafne moría, y corriendo
tras ella, iba muriendo por un
valle;
nunca quiso esperalle, y
apretando
Febo, la fue alcanzando, y la
alcanzaba,
que a ella le guiaba su deseo,
y a su padre Peneo volvió ella
diciendo la doncella: "¡Oh
padre mío,
en quien yo tanto fío, acude
presto,
y antes que el deshonesto acto
haga,
Atropos me deshaga con la
muerte!
Peneo que de tal suerte vio
invocarse
y viendo que acercarse siente
aquél,
lo convirtió en laurel. Mas no
quiero,
que en contar esto muero, cuando
llego
a cuando Febo ciego se abrazaba
con el laurel, y daba unos
suspiros
que parecían salidos con el
alma.
Cancionero de Montemayor
Soneto sobre la
fábula de Dafne y Apolo
A Dafne ya los brazos le crecían
y en luengos ramos vueltos se mostraban;
en verdes hojas vi que se tornaban
los cabellos que al oro escurecían.
De áspera corteza se cubrían
los tiernos miembros, que aun bullendo
estaban;
los blancos pies en tierra se hincaban
y en torcidas raíces se volvían.
Aquel que fue la causa de tal daño,
a fuerza de llorar, crecer hacía
este árbol que con lágrimas regaba.
¡Oh miserable estado, oh mal tamaño!
¡Que con lloralla cresca cada día
la causa y la razón porque lloraba!
Garcilaso de la
Vega
Visita de Apolo a
Vulcano
Con sus desnudos cíclopes al fuego
estaba, el duro yunque golpeando,
armas haciendo al fiero bando griego,
o el presto rayo a Júpiter forjando;
sin dar descanso ni dar sosiego
fragua, yunque y martillo trabajando
por su compás temblar haciendo el presto
donde se vio primero el uso desto.
...
Vulcano estaba en su oficina ardiente
entre el humo, el carbón, la tisne y fuego,
con horror y con priesa diligente
privando a sus ministros de sosiego:
y viendo que venía el Sol luciente
a hablalle, dejó la fragua luego,
y al delantar la tisne sacudiendo
se limpia el rostro, y sale así diciendo...
Juan de la Cueva
Fábula de Faetón
Faetón con ardor ciego
del Sol llevó los caballos,
con qu'el mundo abrasó en fuego
porque no supo guiallos.
Y de un rayo derribado
puso fin a su ventura
en el río sepultado
cuyo nombre siempre dura.
Yo que de mi sol hermoso
presumí la pura lumbre,
y atrevido y animoso
no desmayo en l'alta cumbre;
si quiere amor, que del cielo
encendido baje y muerto,
lugar pequeño es el suelo
para tanto desconcierto.
Fernando de
Herrera
Faetón
A Júpiter el llanto así ha movido
que jura por los dioses celebrados
de castigar con brazo embravecido
a el que subió en los yugos plateados;
no halla lluvia en todo cuanto vido,
que estaba todo el cielo sin nublados,
y entonces sobre el carro reluciente
hizo caer furioso un rayo ardiente.
Del encendido rayo el golpe fiero
los furiosos caballos amedranta,
e cada uno espantado e muy ligero
fuera del yugo acá y allá se espanta;
en esto el infelice carretero
el cuerpo todo encima la garganta
cual estrella que cae, o lo parece,
da dentro del Erídano y perece.
A compasión movieron sus gemidos
los inmortales dioses celebrados,
e así fueron sus brazos convertidos
en alas, y con plumas cobijados;
vido allí sus cabellos ser teñidos
de blanca nieve todos plateados,
e hecho cisne quedó, y en vez de llanto
resuenan las riberas dulce canto.
Anónimo (s.XVI)
Coro de las Musas (s.XVII)
Clío los hechos memorables
canta,
Melpómene, con trágica armonía,
tristes proclama espíritus,
Talía
cómica alegra y sensual encanta.
Euterpe lo bucólico decanta,
Terpsícore diversos coros guía,
Erato da al amor su melodía,
Calíope en lo heroico se
adelanta.
Urania inculca cuantos
refulgentes
globos se mueven, hacia el
austral polo,
Polimnia habla con ojos
elocuentes;
y destas nueve musas, motor
solo,
porque den luz de ciencias
diferentes,
en medio dellas, las enciende
Apolo.
Miguel de Barrios
A un olivo solitario (fragmento)
Que en tu ramaje luzca, árbol
sagrado
bajo la luna llena,
el ojo encandilado
del búho insomne de la sabia
Atena.
A.Machado, Nuevas Canciones
Luego que parió Venus a Cupido,
a las Gracias lo dio, que le
criaran
su tierno infante y su recién
nacido;
porque su bien en él
comunicasen,
y lo sacasen tal, cual deseaba
y con gracia y belleza lo
ilustrasen.
Y advirtiendo su madre que
pasaba
mucha parte del tiempo, y qu'el
cuidado
para aumentars'el niño no
bastaba,
al oráculo en Delfos consagrado
se llegó a consultar lo que
haría
para remedio de su hijo amado.
Mosquera de Figueroa, s.XVI
Llanto de Venus en la muerte de Adonis
(s.XVI)
Por un fresco rosal entró la
diosa
donde las blancas rosas parecían
cubrir el prado con labor
hermosa
qu'en llegando a la vista se
ofrecía;
por aquí pasó Venus presurosa
y las espinas no lo permitían,
que cada cual que cerca la
hallaba
cual más podía, recio la
trababa.
Una hirió la planta delicada
de la divina diosa, y al momento
que la purpúrea sangre fue
sacada
hubo en las blancas rosas
mundamiento,
que la blancura antigua fue
dejada
y se mezcló con el color
sangriento
de la llaga de Venus amorosa
que a buscar iba a Adonis
presurosa.
Juan de la Cueva
Romance de Adonis (s.XVI)
Tanto lloraba la diosa,
tantos extremos hacía,
encima del cuerpo yerto,
que a los dioses conmovía.
En la boca le besaba
y estas palabras decía:
¡Oh Adonis, mi Adonis,
descanso del alma mía!
La vida sin ti, mi bien,
¿yo, para qué la querría?
Salgan de mí los placeres
que en verte tomar solía;
la tristeza y el pesar
anden en mi compañía.
Lloraré, triste, tu muerte
en eterno noche y día,
porque siempre se me acuerde
lo mucho que te quería.
Hernando del Castillo,
Cancionero General
Laberinto de Fortuna (fragmentos)
Pues vimos al fijo de aquel que
sobró
por arte mañosa más que por
estinto,
los muchos reveses del grand
Laberinto,
e al Minotauro a la fin acabó;
de los Centauros el padre
gigante
allí lo fallamos con muy poca
gracia,
en forma mintrosa cumplir su
talante;
e vimos, movidos un poco
adelante,
plañir a Pasife sus actos
indinos,
la qual antepuso el toro a ti,
Minos,
non fizo Cila troque semejante.
Juan de Mena
Al hondo Averno desciende
el bello cantor de Tracia,
diciendo al son de la lira
las concertadas palabras...
Por la faz de las Euménides
ruedan las primeras lágrimas:
Tántalo olvida las ondas
de las fugitivas aguas;
Ixión detiene su rueda;
los buitres, que las entrañas
de Ticio devoran, cesan
el cruel festín; con sus ánforas
vacías, al canto atienden
de Belo las hijas pálidas,
y hasta Sísifo, sentado,
sobre su peñón descansa...
Vicente Wenceslao, Querol,s.XIX